Para los niños y niñas, durante los primeros meses de vida, el juego es un placer; les atrae lo que hace ruido y cuanto más fuerte mejor. Les gusta jugar con cucharas y objetos de plástico, entre otros. Cuando ya son más grandes, aprenden a clasificar objetos por su forma y color; sus juegos van cambiando y algunos pasan a ser juegos de competencia y reglas.
El juego les permite relacionarse con otros niños y niñas de su edad, aprenden a respetar, asumir reglas, esperar turno y saber perder. También les permite desarrollar la imaginación y la creatividad al inventar cuentos y juegos.
Cuando los niños y niñas son pequeños, el juego les ayuda a: aprender cosas nuevas como las normas de conducta y los valores sociales, conocer el lugar donde viven, desarrollar su cuerpo y convivir con otros niños. Cuando juegan al papá y a la mamá por ejemplo, imitan actitudes que observan en sus padres y familiares; a través de lo que miran y oyen aprenden cómo es el mundo de los adultos.
El juego es un asunto serio
Los juegos son los ensayos de los niños y las niñas para ser adultos, a través de ellos, aprenden a conocerse a sí mismos, a relacionarse con sus amigos, amigas y personas adultas. Juegan al doctor, a comprar en el mercado, a la tienda o a los novios. Es recomendable no interrumpir el juego de los niños/as, porque esto les causa un enojo que manifiestan con rebeldía; es mejor, por ejemplo: interrumpirlos/as si es que van a comer, pero decirles que después pueden seguir jugando y que los alimentos también son necesarios.
El juego no es solamente una actividad placentera y de desarrollo para los niños, niñas y adolescentes; también las personas adultas recibimos muchos beneficios cuando realizamos actividades recreativas, de juego o deporte. Las actividades recreativas como el deporte, los juegos, paseos, pasatiempos y otras diversiones, contribuyen al buen funcionamiento del organismo, proporcionan tranquilidad, alegría y mejoran la convivencia familiar, vecinal y comunitaria.
La recreación familiar
Realizar actividades de recreación familiar o en compañía de otras familias puede ser más fácil de lo que suponemos, si tenemos empeño e imaginación. Además a los niños, niñas y adolescentes les gustan estos intercambios familiares. Muchas actividades recreativas son sencillas y gratuitas. Dedicar tiempo al juego, a los deportes, paseos u otros pasatiempos permite mejorar las relaciones humanas en la familia, con los amigos y vecinos.
El juego no es solamente una actividad placentera y de desarrollo para los niños, niñas y adolescentes; también las personas adultas recibimos muchos beneficios cuando realizamos actividades recreativas, de juego o deporte. Las actividades recreativas como el deporte, los juegos, paseos, pasatiempos y otras diversiones, contribuyen al buen funcionamiento del organismo, proporcionan tranquilidad, alegría y mejoran la convivencia familiar, vecinal y comunitaria.
La recreación familiar
Realizar actividades de recreación familiar o en compañía de otras familias puede ser más fácil de lo que suponemos, si tenemos empeño e imaginación. Además a los niños, niñas y adolescentes les gustan estos intercambios familiares. Muchas actividades recreativas son sencillas y gratuitas. Dedicar tiempo al juego, a los deportes, paseos u otros pasatiempos permite mejorar las relaciones humanas en la familia, con los amigos y vecinos.