La palabra Recreación es escuchada hoy en cualquier parte, la amplia variedad de su contenido permite que cada quién la identifique de diferentes formas, sobre la base de la multiplicidad de formas e intereses en el mundo moderno puede constituir formas de recreación.
En la Cultura Física tiene una gran importancia el trabajo fuera de la escuela realizado por la Recreación Física, tanto por el sistema de las instituciones y organizaciones socio educativas, como las recreativas propiamente.
En el trabajo fuera de la escuela desarrollada por los alumnos en base a su libre elección se incluyen como factores decisivos sus intereses y necesidades, lo que proporciona a este trabajo carácter especial.
El juego satisface en el niño la necesidad de expresarse, de actuar sobre las cosas que le rodean, de crear, a su modo y a su antojo, de ejercitar su propia voluntad. Esto le brinda conciencia de sus propias fuerzas, seguridad en la acción y amplía constantemente el campo de sus posibilidades. Hablar de animación / dinamización recreativa implica directamente hacer referencia a un concepto más amplio del que forma parte, la animación socio - cultural.
De forma global podemos afirmar que todas corresponden a un esfuerzo tendiente a ofrecer a cada individuo la posibilidad y el deseo de convertirse en agente activo de su propio desarrollo y del desarrollo cualitativo de la comunidad que forma parte.
Desde que el progreso de la ciencia y la técnica y el establecimiento de sistemas sociales preocupados por la realidad, ha permitido en diversos países, responder a las necesidades de supervivencia, las autoridades políticas han visto la necesidad de potenciar el incremento de los beneficiarios de la cultura.
Para poder dinamizar el nivel cultural de las masas no basta con hacerlos beneficiarios de la cultura adquirida, sino sobre todo dueños de la definición de esa cultura, considerada como un aspecto dinámico.
Desde hace algún tiempo existe en Europa con Francia a la cabeza, una fuerte polémica en los medios de la animación, entre los partidarios de la Animación Socio-Cultural (democracia cultural) de función catalizadora, y los defensores de la Animación Cultural (democratización cultural) consistente fundamentalmente en acciones culturales.
En sentido amplio, la animación supone la movilización consciente de fuerzas sociales en un esfuerzo de participación ciudadana e implica sectores interesados en forma sistemática, a través de su propia acción, diversos problemas de repercusión socio - cultural.
La animación / dinamización de grupos requiere crear las condiciones físicas, sociales y psicológicas necesarias, para que el objetivo de una clase o actividad recreativa sea alcanzado con aquellas estrategias capaces de poner en marcha al grupo, por ello, quién pretende realizar esa acción deberá cubrir determinado perfil acorde a las tareas que desempeñara, así como el dominio de un conjunto de técnicas socio sicológicas. Hoy día cada vez más la animación/dinamización es reconocida como una instancia metodológica dentro del campo de la actividad físico-deportiva-recreativa.
FUENTE -http://m.monografias.com
sábado, 31 de mayo de 2014
viernes, 23 de mayo de 2014
IMPORTANCIA DE QUE LOS NIÑOS HAGAN DEPORTE
La práctica del deporte tiene ventajas tanto en el nivel físico como en el social. Además de que contribuye a evitar el sendentarismo, un factor de riesgo mayor para la salud del niño, el deporte lo ayudará a mejorar sus habilidades sociales. Por lo tanto, el deporte es un aspecto fundamental de la salud física y mental de nuestros hijos.
Hoy en día el deporte ha cobrado una gran importancia, ya que las ventajas del mismo no se circunscriben sólo al aspecto físico, sino también involucran a lo psíquico y social.
Es sabido que la obesidad y el sedentarismo están creciendo a niveles alarmantes. De hecho, en Estados Unidos el sesenta por ciento de la población tiene sobrepeso. No hace falta ser un profesional de la salud para conocer los factores de riesgo para enfermedad cardiovascular (hipertensión arterial, tabaquismo, dislipemias). Pero lo que todo el mundo no sabe es que el sedentarismo es considerado ya como el cuarto factor de riesgo mayor. Por esto es que la práctica deportiva debe ser estimulada por los pediatras desde edades muy tempranas. Así como se recomienda comer sin sal, llevar una alimentación balanceada, cuidarse del sol, etc., los médicos que tienen la posibilidad y responsabilidad de educar en salud no deben perder esta ocasión de generar hábitos saludables.
Pero el deporte no solo produce beneficios físicos, sino que también les permite a los chicos aprender a manejar logros y fracasos. A entender el valor de la práctica y la preparación para mejorar el rendimiento. A entender el concepto de justo e injusto, a aceptar la autoridad adulta e interrelacionarse con distintos grupos sociales y económicos, así como la autodisciplina.
Por otro lado también les hace sentir un lugar de pertenencia, el respeto y confraternidad con el grupo. En definitiva, la actividad física es un medio formativo inmerso en el contexto educativo total y un integrador de la personalidad.
La iniciación deportiva va a depender del crecimiento (en tamaño) y el desarrollo (maduración de funciones) que hacen a la madurez del chico. En líneas generales podemos tomar en consideración lo siguiente:
De los 4 a los 7 años el objetivo será desarrollar la actividad motora (habilidades motoras básicas, coordinación, equilibrio y velocidad), el conocimiento del esquema corporal y la multilateralidad.
De 8 a 9 años se podrá comenzar con la actividad pre deportiva, mini deportes. Esto último les permitirá elegir destrezas que estén de acuerdo con sus aptitudes motrices y funcionales.
De los 10 a los 12 años se puede comenzar a desarrollar la habilidad motora específica, incorporando técnicas y gestos propios de cada deporte.
De los 13 a los 15 ya se puede comenzar el deporte con sus reglas y sesiones de entrenamiento respetando los momentos evolutivos propios de cada chico en particular.
A partir de los 16 ya se puede iniciar la práctica deportiva competitiva.
Por último quiero referirme brevemente a la matro natación, porque es una pregunta muy frecuente que recibimos los pediatras en el consultorio. Es un muy buen estímulo madurativo y algo muy placentero para compartir entre padres e hijos. Pero los chicos no aprenden a nadar y por ende no protege de posibles accidentes.
En conclusión el deporte es una necesidad para nuestros hijos, para lo cual hay que respetar los tiempos madurativos de cada uno de ellos y ayudar a cumplir con las etapas del crecimiento. Disfrutando en todo momento de lo que hacen sin traumas por imposiciones impropias para su edad.
FUENTE-http://www.tvcrecer.com
jueves, 22 de mayo de 2014
CONSEJOS PARA TENER BUENOS HÁBITOS EN LA SALUD DE LOS NIÑOS
Educar a nuestros hijo en hábitos saludables hace que tengan mucho más interés en su cuidado personal, es una inversión en salud para toda la vida, Establecer pequeñas rutinas diarias es la mejor manera de educar en buenos hábitos La prevención es, sin duda, la mejor apuesta de futuro. El juego y el deporte son, junto a una alimentación equilibrada, los pilares de una vida saludable.
1. Enseñales a cuidar su salud
2. Higiene dental
La higiene bucal es uno de los hábitos saludables que debes inculcarle a tus niños. Como mínimo, debes enseñarle que se lave los dientes dos veces al día. Explícale, sin regañarlo, cómo es todo el proceso, el movimiento del cepillo, el uso de la seda dental. Haz que mantenga la calma y no quiera salir a jugar antes de usar la crema dental. Llévalo periódicamente al dentista y explícale su trabajo.
7. Limpieza de la habitación
Limpiar la habitación durante todo un día del fin de semana puede ser aburrido hasta para ti, lo mejor es que eduques a tu hijo con hábitos en los que diariamente mantenga su habitación con una adecuada limpieza. Esto incluye no comer en la habitación, mantener su ropa limpia, los juguetes en orden, entre otras cosas.
Hay una etapa en la que los niños son una esponja, quieren experimentar todo lo que ven y lo que suelen hacer es llevárselo todo a la boca. Eso sucede cuando son bien pequeños. No obstante, explicarles lo sucio que puede estar el suelo, no sobra. Tampoco vayas a ser tan estricto, déjalo que juegue con la arena eso hace parte de ser niño.
2. Higiene dental
La higiene bucal es uno de los hábitos saludables que debes inculcarle a tus niños. Como mínimo, debes enseñarle que se lave los dientes dos veces al día. Explícale, sin regañarlo, cómo es todo el proceso, el movimiento del cepillo, el uso de la seda dental. Haz que mantenga la calma y no quiera salir a jugar antes de usar la crema dental. Llévalo periódicamente al dentista y explícale su trabajo.
3. Artículos de uso personal
Hay diversidad de implementos que son netamente de uso personal. Explícale a tus hijos que cepillos de dientes, peines, sombreros, ropa interior son de su uso exclusivo; quizá no le guste tener la gripe de su amigo o los piojos del vecino. Eso debe quedar claro, pero te lo aseguramos no es tarea fácil, los niños son niños.
4. A dormir temprano
No quieres gritar: ¡Vamos a dormir ya! y correr como loco por toda la casa para acostar a tu hijo. Dormir la cantidad adecuada de horas genera en los niños suficientes energías para el día siguiente. No querrás que tu hijo se duerma en clase solo por trasnochar viendo una serie de televisión. Es cuestión de costumbre, cuando tú dices: Vamos a dormir ya, es ya.
5. Alimentación saludable
Si por salir del paso eres tú quién empaca papás fritas, gaseosas y dulces en su lonchera, no pretendas que tu hijo por iniciativa propia quiera comer frutas o ensaladas. Debes ser cuidadoso con lo que comes tú, y lo que le das a tus hijos, explícale las propiedades y permítele ciertos gustos, pero marca horarios y hazlos cumplir. Y que coma despacio es otra enseñanza que puedes incluir.
No quieres gritar: ¡Vamos a dormir ya! y correr como loco por toda la casa para acostar a tu hijo. Dormir la cantidad adecuada de horas genera en los niños suficientes energías para el día siguiente. No querrás que tu hijo se duerma en clase solo por trasnochar viendo una serie de televisión. Es cuestión de costumbre, cuando tú dices: Vamos a dormir ya, es ya.
5. Alimentación saludable
Si por salir del paso eres tú quién empaca papás fritas, gaseosas y dulces en su lonchera, no pretendas que tu hijo por iniciativa propia quiera comer frutas o ensaladas. Debes ser cuidadoso con lo que comes tú, y lo que le das a tus hijos, explícale las propiedades y permítele ciertos gustos, pero marca horarios y hazlos cumplir. Y que coma despacio es otra enseñanza que puedes incluir.
6. Lavado de manos
Si no fuera importante, la Organización Mundial de la Salud no habría declarado el 15 de octubre como Día Mundial del Lavado de Manos. Esta práctica tan simple reduce considerablemente los riesgos de contraer enfermedades, mucho más en los niños que no tienen pudor con lo que encuentran en la calle, o la tierra con la que juegan en el parque. Así que al principio le dirás: “A lavarse las manos”, luego él irá solo, te lo aseguramos.
Si no fuera importante, la Organización Mundial de la Salud no habría declarado el 15 de octubre como Día Mundial del Lavado de Manos. Esta práctica tan simple reduce considerablemente los riesgos de contraer enfermedades, mucho más en los niños que no tienen pudor con lo que encuentran en la calle, o la tierra con la que juegan en el parque. Así que al principio le dirás: “A lavarse las manos”, luego él irá solo, te lo aseguramos.
7. Limpieza de la habitación
Limpiar la habitación durante todo un día del fin de semana puede ser aburrido hasta para ti, lo mejor es que eduques a tu hijo con hábitos en los que diariamente mantenga su habitación con una adecuada limpieza. Esto incluye no comer en la habitación, mantener su ropa limpia, los juguetes en orden, entre otras cosas.
8. Hacer ejercicio
A los niños por lo general les encanta jugar. Sin embargo, con el auge de la tecnología muchos se quedan pegados a sus pantallas para vivir la vida del videojuego, y cometes un grave error si evitas una salida al parque a jugar con él y le facilitas el computador o tu celular para que esté quieto. Elejercicio es vital en la salud de los niños y a ti no te iría mal, diviértete con tu hijo. Hacer ejercicio en familia es uno de los mejores hábitos saludables.
A los niños por lo general les encanta jugar. Sin embargo, con el auge de la tecnología muchos se quedan pegados a sus pantallas para vivir la vida del videojuego, y cometes un grave error si evitas una salida al parque a jugar con él y le facilitas el computador o tu celular para que esté quieto. Elejercicio es vital en la salud de los niños y a ti no te iría mal, diviértete con tu hijo. Hacer ejercicio en familia es uno de los mejores hábitos saludables.
9. Hablar de sexo
Evítate dolores de cabeza en el futuro. Habla claro con tus hijos, cuando consideres que tienen la edad, tampoco puedes invadirlos de información que quizá no entienden. Es fácil explícales cuáles son las partes de su cuerpo, de los cuidados con los extraños, de cómo nació y todas esas dudas sobre el sexoque en cualquier momento surgirán. Sé sincero, no hables en clave.
Evítate dolores de cabeza en el futuro. Habla claro con tus hijos, cuando consideres que tienen la edad, tampoco puedes invadirlos de información que quizá no entienden. Es fácil explícales cuáles son las partes de su cuerpo, de los cuidados con los extraños, de cómo nació y todas esas dudas sobre el sexoque en cualquier momento surgirán. Sé sincero, no hables en clave.
10. Reciclar y respetar el medio ambiente
Reciclar es un hábito que se toma el mundo y no solo es un asunto de grandes, si educas a tu hijo con algo tan simple como botar la basura en el lugar indicado, seguramente, será una persona de medio ambiente en el futuro.
Reciclar es un hábito que se toma el mundo y no solo es un asunto de grandes, si educas a tu hijo con algo tan simple como botar la basura en el lugar indicado, seguramente, será una persona de medio ambiente en el futuro.
viernes, 16 de mayo de 2014
PROBLEMAS EN LOS NIÑOS CON RELACIÓN A DIVORCIO O SEPARACIÓN DE LOS PADRES
Un “hijo del divorcio” es un niño socialmente normal que sostiene una relación extraña con una pareja que ha muerto como tal y que sólo se perpetúa indirectamente en el hijo.
A la hora de estudiar los efectos del divorcio en los hijos es difícil determinar si es el propio divorcio es lo que les afecta o una serie de factores sociales que acompañan muy frecuentemente a la separación de las parejas. En principio lo que parece demostrado es que el divorcio produce vulnerabilidad en los niños.
Entre los factores sociales (Kalter et al. 1989) destacan:
Pérdida de poder adquisitivo. La convivencia en común supone el ahorro de una serie de gastos que se comparten. La separación conlleva una pérdida de poder adquisitivo importante.
Cambio de residencia, escuela y amigos. El divorcio de los padres conlleva cambios importantes en el entorno del hijo. Puede tener que cambiar de colegio, o de residencia. El impacto que tiene este factor en el desarrollo y ajuste social del niño es muy importante.
Convivencia forzada con un padre o con miembros de la familia de alguno de ellos. No siempre la elección del padre con el que se convive es la que el niño quiere. La familia de los separados apoya el trabajo adicional y aporta frecuentemente el apoyo necesario para que el padre que se hace cargo del niño pueda realizar sus actividades laborales o de ocio. Este factor conlleva una convivencia con adultos, muchas veces muy enriquecedora y otras no tanto.
Disminución de la acción del padre con el que no conviven. El padre que no está permanentemente con su hijo deja de ejercer una influencia constante en él y no puede plantearse modificar comportamientos que no le gustan los fines de semana que le toca visita. Por otro lado, el niño pierde el acceso a las habilidades del padre que no convive con él, con la consiguiente disminución de sus posibilidades de formación.
Introducción de parejas nuevas de los padres. Es un factor con una gran importancia en la adaptación de los hijos y tiene un efecto importante en la relación padre/hijo.
Si se dan, además, factores emocionales en los padres, los efectos negativos en los hijos pueden multiplicarse. Por ejemplo:
Una mala aceptación del divorcio por uno de los padres puede llevarle a convivir con una persona deprimida u hostil.
Un divorcio conlleva, por su propia naturaleza, una cierta hostilidad entre los padres. Cuando esa hostilidad se traslada a los hijos, intentando que tomen partido o que vean a la otra persona como un ser con muchos defectos, se está presionando al niño para que vea a su padre desde un punto de vista equivocado, porque tendrá muchos defectos; pero siempre será su padre. Si la hostilidad entre los cónyuges persiste después del divorcio, es difícil que no afecte a la convivencia con el niño.
Factores emocionales que se modifican en el niño por el divorcio de sus padres según Amato (1994) y diferencias con los niños cuyos padres continúan juntos:
Bajada en el rendimiento académico.
Peor autoconcepto
Dificultades en las relaciones sociales
Dificultades emocionales como depresión, miedo, o ansiedad entre otras
Problemas de conducta.
Wallerstein (1994) ha realizado el seguimiento de 131 niños durante 25 años y ha encontrado que estos efectos del divorcio en ellos no se limitaban al periodo de duración del divorcio, sino que trascendían a toda su vida. Otros estudios confirman esta afirmación (Sigle-Rushton, Hobcraft y Ciernan, 2005).
Señala Wallerstein, como factor modificado en los niños de padres divorciados, las dificultades que encontraban para creer en la continuidad de la pareja, con lo que su nivel de compromiso con la pareja era mucho menor. Hay que tener en cuenta que el compromiso es un elemento importante tanto en la estabilidad de la pareja como en el grado de felicidad subjetiva que aporta.
En su última obra, ” Law and Divorce ” (Ley y Divorcio), la psicóloga aporta conclusiones contundentes sobre el perfil psicológico de los hijos de divorciados. Según la investigación:
el 25% de ellos no ha terminado el colegio (contra 10% de hijos normales);
el 60% ha requerido tratamiento psicológico (contra el 30%);
el 50% ha tenido problemas de alcohol y drogas antes de los 15 años;
el 65% tiene una relación conflictiva con el padre (sólo el 5% ha recibido ayuda económica sustancial por parte del padre);
pese a que la mayoría pasa de los 30 años de edad, apenas el 30% se ha casado;
del total de casados, el 50% ya se ha divorciado.
Estas cifras son expresión de problemas psicológicos de fondo.
Según la experta, aunque las reacciones psicológicas al trauma son diferentes y tan variadas como el número de individuos, existen algunas constantes.
En efecto, los hijos de los divorciados sufren sentimientos de culpa-¿se separaron por mi culpa?-, irritación y malhumor, y una gran desconfianza o incapacidad para expresar sus sentimientos auténticos en el momento adecuado.
Como siempre, hay que señalar que las reacciones emocionales que se dan en los hijos no están predeterminadas. Dependen de un número importante de factores, como la historia del niño y la manera y habilidad que el niño tiene para enfrentarse a los problemas.
De tres a cinco años:
Se creen culpables por no haber hecho la tarea o no haber comido. Su pensamiento mágico les lleva a tomar responsabilidades tremendamente imaginarias.
Temen quedarse solos y abandonados. Hay que recordar que en estas edades los padres constituyen el universo entero de los niños y que la relación en la pareja es el medio en el que ellos están cuidados y mantenidos.
De 6 a 12 años (La edad más difícil).
Se dan cuenta de que tienen un problema y que duele y no saben como reaccionar ante ese dolor.
Creen que los padres pueden volver a juntarse y presionan o realizan actos que no llevan más que a un sentimiento de fracaso o a problemas adicionales en la pareja.
Los adolescentes experimentan:
Miedo, soledad, depresión, y culpabilidad.
Dudan de su habilidad para casarse o para mantener su relación.
Como elemento a tener en cuenta en la asignación de los hijos a los padres es el hallazgo de que los hijos criados por el padre del mismo sexo se desarrollan mejor.
El divorcio no puede considerarse como una causa intrínseca de problemas psicológicos, sino como un factor que hace a la persona más vulnerable (Vangyseghem y Appelboom, 2004)
“No importa la edad que tenga el niño, él o ella tendrá más difícil adaptarse al divorcio si existen continuas discusiones en la pareja”, explica el Dr. Deb Huntley, profesor de psicología en la Universidad Argosy “Otros factores que aumentan esta dificultad son: la pérdida de contacto ante una mala custodia de los padres; problemas económicos; cambios de dirección; pérdida de continuidad en el colegio y en las rutinas diarias; y problemas psicológicos con el padre que tenga la custodia”.
Desde el punto de vista de Huntley, un vistazo a la literatura correspondiente muestra que algunos estudios han encontrado efectos negativos en el hecho, mientras que otros estudios no lo hacen o incluso encuentran factores positivos en el divorcio. “La investigación demuestra que los hijos de parejas divorciadas son más propensos a mostrar problemas de comportamiento, más síntomas de problemas psicológicos, menor rendimiento académico, más dificultades sociales y pueden ser discriminados por niños con familias estables”, dice Huntley. Pero muchos psicólogos y planificadores familiares indican que existen muchas similitudes entre hijos de padres divorciados e hijos de familias estables y que entre estos dos grupos existen más parecidos que diferencias. Ahora la pregunta es, ¿para qué niños puede suponer el divorcio un trauma?
Huntley dice que hay conductas para las que los niños parecen mostrar mayor dificultad que las niñas, y que el divorcio se hace más difícil para niños pequeños que para otros mayores. Los niños de preescolar tienen muchos problemas para poder comprender los motivos que llevan a sus padres a divorciarse y responderán con confusión y ansiedad. “No es extraño observar comportamientos regresivos en estos niños, tales como chuparse el dedo u orinarse en la cama. Pueden tener la sensación de ser ellos los culpables del divorcio de sus padres”, dice Huntley.
Los niños que están en la escuela elemental saben comprender mejor esta separación, pero aun así pueden experimentar tristeza y depresión. “Tienen la esperanza de que sus padres vuelvan a retomar la relación. Los adolescentes suelen mostrar enfado y culpar a sus padres de la situación, pero son más conscientes de las dificultades que plantean las relaciones”, explica Huntley.
A la hora de estudiar los efectos del divorcio en los hijos es difícil determinar si es el propio divorcio es lo que les afecta o una serie de factores sociales que acompañan muy frecuentemente a la separación de las parejas. En principio lo que parece demostrado es que el divorcio produce vulnerabilidad en los niños.
Entre los factores sociales (Kalter et al. 1989) destacan:
Pérdida de poder adquisitivo. La convivencia en común supone el ahorro de una serie de gastos que se comparten. La separación conlleva una pérdida de poder adquisitivo importante.
Cambio de residencia, escuela y amigos. El divorcio de los padres conlleva cambios importantes en el entorno del hijo. Puede tener que cambiar de colegio, o de residencia. El impacto que tiene este factor en el desarrollo y ajuste social del niño es muy importante.
Convivencia forzada con un padre o con miembros de la familia de alguno de ellos. No siempre la elección del padre con el que se convive es la que el niño quiere. La familia de los separados apoya el trabajo adicional y aporta frecuentemente el apoyo necesario para que el padre que se hace cargo del niño pueda realizar sus actividades laborales o de ocio. Este factor conlleva una convivencia con adultos, muchas veces muy enriquecedora y otras no tanto.
Disminución de la acción del padre con el que no conviven. El padre que no está permanentemente con su hijo deja de ejercer una influencia constante en él y no puede plantearse modificar comportamientos que no le gustan los fines de semana que le toca visita. Por otro lado, el niño pierde el acceso a las habilidades del padre que no convive con él, con la consiguiente disminución de sus posibilidades de formación.
Introducción de parejas nuevas de los padres. Es un factor con una gran importancia en la adaptación de los hijos y tiene un efecto importante en la relación padre/hijo.
Si se dan, además, factores emocionales en los padres, los efectos negativos en los hijos pueden multiplicarse. Por ejemplo:
Una mala aceptación del divorcio por uno de los padres puede llevarle a convivir con una persona deprimida u hostil.
Un divorcio conlleva, por su propia naturaleza, una cierta hostilidad entre los padres. Cuando esa hostilidad se traslada a los hijos, intentando que tomen partido o que vean a la otra persona como un ser con muchos defectos, se está presionando al niño para que vea a su padre desde un punto de vista equivocado, porque tendrá muchos defectos; pero siempre será su padre. Si la hostilidad entre los cónyuges persiste después del divorcio, es difícil que no afecte a la convivencia con el niño.
Factores emocionales que se modifican en el niño por el divorcio de sus padres según Amato (1994) y diferencias con los niños cuyos padres continúan juntos:
Bajada en el rendimiento académico.
Peor autoconcepto
Dificultades en las relaciones sociales
Dificultades emocionales como depresión, miedo, o ansiedad entre otras
Problemas de conducta.
Wallerstein (1994) ha realizado el seguimiento de 131 niños durante 25 años y ha encontrado que estos efectos del divorcio en ellos no se limitaban al periodo de duración del divorcio, sino que trascendían a toda su vida. Otros estudios confirman esta afirmación (Sigle-Rushton, Hobcraft y Ciernan, 2005).
Señala Wallerstein, como factor modificado en los niños de padres divorciados, las dificultades que encontraban para creer en la continuidad de la pareja, con lo que su nivel de compromiso con la pareja era mucho menor. Hay que tener en cuenta que el compromiso es un elemento importante tanto en la estabilidad de la pareja como en el grado de felicidad subjetiva que aporta.
En su última obra, ” Law and Divorce ” (Ley y Divorcio), la psicóloga aporta conclusiones contundentes sobre el perfil psicológico de los hijos de divorciados. Según la investigación:
el 25% de ellos no ha terminado el colegio (contra 10% de hijos normales);
el 60% ha requerido tratamiento psicológico (contra el 30%);
el 50% ha tenido problemas de alcohol y drogas antes de los 15 años;
el 65% tiene una relación conflictiva con el padre (sólo el 5% ha recibido ayuda económica sustancial por parte del padre);
pese a que la mayoría pasa de los 30 años de edad, apenas el 30% se ha casado;
del total de casados, el 50% ya se ha divorciado.
Estas cifras son expresión de problemas psicológicos de fondo.
Según la experta, aunque las reacciones psicológicas al trauma son diferentes y tan variadas como el número de individuos, existen algunas constantes.
En efecto, los hijos de los divorciados sufren sentimientos de culpa-¿se separaron por mi culpa?-, irritación y malhumor, y una gran desconfianza o incapacidad para expresar sus sentimientos auténticos en el momento adecuado.
Como siempre, hay que señalar que las reacciones emocionales que se dan en los hijos no están predeterminadas. Dependen de un número importante de factores, como la historia del niño y la manera y habilidad que el niño tiene para enfrentarse a los problemas.
De tres a cinco años:
Se creen culpables por no haber hecho la tarea o no haber comido. Su pensamiento mágico les lleva a tomar responsabilidades tremendamente imaginarias.
Temen quedarse solos y abandonados. Hay que recordar que en estas edades los padres constituyen el universo entero de los niños y que la relación en la pareja es el medio en el que ellos están cuidados y mantenidos.
De 6 a 12 años (La edad más difícil).
Se dan cuenta de que tienen un problema y que duele y no saben como reaccionar ante ese dolor.
Creen que los padres pueden volver a juntarse y presionan o realizan actos que no llevan más que a un sentimiento de fracaso o a problemas adicionales en la pareja.
Los adolescentes experimentan:
Miedo, soledad, depresión, y culpabilidad.
Dudan de su habilidad para casarse o para mantener su relación.
Como elemento a tener en cuenta en la asignación de los hijos a los padres es el hallazgo de que los hijos criados por el padre del mismo sexo se desarrollan mejor.
El divorcio no puede considerarse como una causa intrínseca de problemas psicológicos, sino como un factor que hace a la persona más vulnerable (Vangyseghem y Appelboom, 2004)
“No importa la edad que tenga el niño, él o ella tendrá más difícil adaptarse al divorcio si existen continuas discusiones en la pareja”, explica el Dr. Deb Huntley, profesor de psicología en la Universidad Argosy “Otros factores que aumentan esta dificultad son: la pérdida de contacto ante una mala custodia de los padres; problemas económicos; cambios de dirección; pérdida de continuidad en el colegio y en las rutinas diarias; y problemas psicológicos con el padre que tenga la custodia”.
Desde el punto de vista de Huntley, un vistazo a la literatura correspondiente muestra que algunos estudios han encontrado efectos negativos en el hecho, mientras que otros estudios no lo hacen o incluso encuentran factores positivos en el divorcio. “La investigación demuestra que los hijos de parejas divorciadas son más propensos a mostrar problemas de comportamiento, más síntomas de problemas psicológicos, menor rendimiento académico, más dificultades sociales y pueden ser discriminados por niños con familias estables”, dice Huntley. Pero muchos psicólogos y planificadores familiares indican que existen muchas similitudes entre hijos de padres divorciados e hijos de familias estables y que entre estos dos grupos existen más parecidos que diferencias. Ahora la pregunta es, ¿para qué niños puede suponer el divorcio un trauma?
Huntley dice que hay conductas para las que los niños parecen mostrar mayor dificultad que las niñas, y que el divorcio se hace más difícil para niños pequeños que para otros mayores. Los niños de preescolar tienen muchos problemas para poder comprender los motivos que llevan a sus padres a divorciarse y responderán con confusión y ansiedad. “No es extraño observar comportamientos regresivos en estos niños, tales como chuparse el dedo u orinarse en la cama. Pueden tener la sensación de ser ellos los culpables del divorcio de sus padres”, dice Huntley.
Los niños que están en la escuela elemental saben comprender mejor esta separación, pero aun así pueden experimentar tristeza y depresión. “Tienen la esperanza de que sus padres vuelvan a retomar la relación. Los adolescentes suelen mostrar enfado y culpar a sus padres de la situación, pero son más conscientes de las dificultades que plantean las relaciones”, explica Huntley.
FUENTE-http://fundacionbelen.org
miércoles, 14 de mayo de 2014
IMPORTANCIA DEL DESCANSO PARA LOS NIÑOS
Que nuestros hijos tengan un buen descanso es un desafío importante. Dormir las horas necesarias y tener un sueño de calidad es crucial para el crecimiento y desarrollo de los niños. Pero, ¿cómo lograrlo?
Las horas de sueño recomendadas para un niño dependen de su edad. Mientras más pequeños, más tiempo requieren para dormir. Así es como el recién nacido puede dormir 18 horas diarias con pequeños intervalos, mientras que los preescolares tienen que dejar de dormir siesta en la mañana, y reducir la de la tarde a medida que van creciendo.
Después de los 6 años, las horas de descanso recomendadas son 10, sin siestas, y luego de la adolescencia no se aconseja dormir menos de ocho. Como establece la Psicóloga de Clínica Santa María, Pilar Bustamante, “lo importante es observar que el niño amanece de buen ánimo, sin sueño, sin mal genio ni irritable”.
Saboteadores del sueño
El Dr. Daniel Correa, Neuropsiquiatra Infantil de la Clínica, establece que estudios han demostrado la existencia de ciertos elementos que inciden en un mal descanso. A éstos se les ha denominado “saboteadores del sueño”, entre los que podemos mencionar la televisión, los juegos de video y el computador. “La luz de éstos altera nuestro reloj biológico, es decir, nos altera la regulación del ciclo sueño-vigilia”. Por ello, no es recomendable su utilización antes de irse a dormir.Por otra parte, también se pueden encontrar alimentos que no debiesen ser consumidos en la cena, ya que pueden afectar al sueño, como por ejemplo: té, café, bebidas colas, los chocolates, azúcar en forma desmedida, algunas frutas y las frituras. Tampoco se recomienda ingerir grandes cantidades de líquido en la noche. El Dr. Correa asegura que aún así “no conviene irse a la cama en ayunas, porque el hambre también puede despertar a los niños”.
De igual forma, existen alimentos que benefician un buen descanso y estado de ánimo, como el jamón, las carnes de aves, el pescado, la leche y sus derivados, el arroz, las pastas, verduras y hortalizas, entre otros.
Se debe evitar
Tanto Pilar Bustamante como el Dr. Correa concuerdan en que los niños no debiesen ver televisión antes de irse a la cama. Esto puede generar temores que determinan que los niños quieran dormir con sus padres y donde finalmente nadie logra descansar bien.
El Neuropsiquiatra Infantil explica que “es importante evitar ruidos o gritos de la gente de la casa. Tampoco se deben hacer ejercicios físicos en la noche, ya que elevan la temperatura corporal y retrasan el sueño”.
Para mejorar el descanso
Es necesario que para dormir, el niño tenga en su habitación una luz tenue (ojalá de una lámpara de velador que pueda apagar por sí mismo) que logre bajar su ritmo de actividad física y mental. Los más pequeños pueden escuchar un cuento de sus padres. “Algunos de ellos acostumbran a rezar con sus hijos o conversar un poquito de cómo ha sido la jornada y plantearse algún pequeño propósito para el día siguiente. Mientras que los niños más grandes pueden leer o escuchar música suave y relajante antes de irse a dormir”, establece Pilar Bustamante.
Por su parte, el Dr. Correa realiza una serie de recomendaciones para lograr un ambiente apto para el sueño:
-Tratar de respetar los horarios, levantándose y acostándose siempre a la misma hora. Lo mismo se debe realizar con las comidas, donde resultan positivas las cenas en familia.
-Utilizar la cama solo para descansar, no para ver televisión o jugar.
-No dormir siesta cuando se está en edad escolar.
FUENTE-http://www.clinicasantamaria.cl
viernes, 9 de mayo de 2014
LA INFLUENCIA DE LA MÚSICA EN LOS NIÑOS
creatividad en los niños. Además, crea vínculos entre padres e hijos según los ritmos y sonidos que se generan en el ambiente. El gusto entre padres e hijos mientras comparten momentos musicales refuerza sus lazos. Ese lazo le servirá para las relaciones que el niño mantendrá durante toda su vida.
Podemos encontrar música en todas partes: en el sonido del viento, en un zapateo, en la lluvia. Toda la música está allí y usted y su bebé pueden disfrutar de ella.
Lograr el vínculo con el bebé de forma musical se da naturalmente. Cuando los padres hablan a sus bebés,
adaptan la voz para hacerla más musical. Al responder el bebé forma una especie de dúo, afianzando la
confianza entre ambas partes.
La música juega un papel muy importante en el establecimiento de rutinas. Cantarle la misma canción todas las noches a la hora de irse a dormir se convierte en parte de la transición entre estar despierto y dormir.
Cuando los niños se inventan palabras para adaptarlas a música conocida desarrollan su creatividad y gusto por el lenguaje y sonidos musicales. Mientras se expresan, los niños pueden desahogar su enojo, demostrar alegría y otros estados de ánimos. También los padres, al compartir la música con sus hijos, les ayudan a tranquilizarse. De esta manera tienen la oportunidad de conectarse con sus sentimientos. Comparten momentos de felicidad y alegría.
Sibyl Jacobson, presidente de La Fundación Metlife, (2002) escribe en una carta a los padres de familia: “Las artes, incluyendo la música, juegan un papel importante en el mejoramiento de la calidad de vida para personas de todas las edades y antecedentes”.
Recientes investigaciones muestran que la música también contribuye al desarrollo saludable de los niños
pequeños. La música crea un ambiente rico que fomenta la autoestima y promueve el desarrollo social,
emocional e intelectual.
Los niños pequeños son expuestos primero a la música a través de su relación con usted. Por medio de
actividades como cantar, escuchar, bailar y jugar, usted le ayuda a su hijo a crecer de maneras importantes“.
(National Center For Infants, Toddlers and families).
Al incluir la música como parte de su educación, los niños disfrutarán momentos de alegría en los que tienen la oportunidad de exteriorizar la comunicación, movimiento, socialización y creatividad, además les brinda la
oportunidad de promover el aprendizaje, estimulando su desarrollo y fortaleciendo su aptitudes para establecer relaciones fuertes y sanas con otras personas.
La música se encuentra alrededor nuestro. Esos sonidos cotidianos que escuchamos a diario en cualquier parte son música, tienen ritmos que se convierten en melodías. Podemos ayudar a nuestros hijos a desarrollar su habilidad de escuchar y su creatividad para que descubran esos sonidos musicales que nos rodean.
Lo especial de la música es que nos permite aprender sobre el mundo que nos rodea. Gracias a ella se obtiene:
• Palabras, bases para construir el lenguaje y la capacidad de leer y escribir.
• La repetición, reforzando el aprendizaje.
• Los patrones para ayudar a anticipar lo que sigue.
• Un compás rítmico que ayuda a tener una mejor coordinación.
• Melodías que llaman la atención y nuestro agrado.
La música colabora con las habilidades para el desarrollo. Con la música se puede:
• Generar coordinación permitiendo a los niños seguir un compás y usar sus mentes, voces y cuerpos en conjunto.
• Ayudar a los niños mayores a compartir, hacer amigos, y sentirse cómodos en grupo.
• Fomentar el desarrollo del lenguaje por medio de historias, rimas y ritmos.
• Despertar la creatividad permitiendo a los niños llenar los vacíos de las palabras, descubrir sonidos o
inventar canciones.
• Construir relaciones, comunicar sentimientos, dar comodidad y consuelo.
• Desarrollar la motricidad fina y gruesa a través de juegos con los dedos, el baile o la interpretación de
instrumentos.
• Desarrollar la individualidad permitiendo a los niños descubrir sus propios sonidos y estilos de música.
viernes, 2 de mayo de 2014
LA EDUCANCION Y EL JUEGO
La importancia del juego en la educación es grande, pone en actividad todos los órganos del cuerpo, fortifica y ejercita las funciones síquicas. El juego es un factor poderoso para la preparación de la vida social del niño; jugando se aprende la solidaridad, se forma y consolida el carácter y se estimula el poder creador.
En lo que respecta al poder individual, los juegos desenvuelven el lenguaje, despiertan el ingenio, desarrollan el espíritu de observación, afirma la voluntad y perfeccionan la paciencia. También favorecen la agudeza visual, táctil y auditiva; aligeran la noción del tiempo, del espacio; dan soltura, elegancia y agilidad del cuerpo.
La aplicación provechosa de los juegos posibilita el desarrollo biológico, psicológico, social y espiritual del hombre. Su importancia educativa es trascendente y vital. Sin embargo, en muchas de nuestras escuelas se prepondera el valor del aprendizaje pasivo, domesticador y alienante; no se da la importancia del caso a la educción integral y permanente. Tantas escuelas y hogares, pese a la modernidad que vivimos o se nos exige vivir, todavía siguen lastrados en vergonzosos tradicionalismos.
La escuela tradicionalista sume a los niños a la enseñanza de los profesores, a la rigidez escolar, a la obediencia ciega, a la criticidad, pasividad, ausencia de iniciativa. Es logocéntrica, lo único que le importa cultivar es el memorismo de conocimientos. El juego está vedado o en el mejor de los casos admitido solamente al horario de recreo.
Frente a esta realidad la Escuela Nueva es una verdadera mutación en el pensamiento y accionar pedagógico. Tiene su origen en el Renacimiento y Humanismo, como oposición a la educación medieval, dogmática autoritaria, tradicional, momificante. Tiene la virtud de respetar la libertad y autonomía infantil, su actividad, vitalidad, individualidad y colectiva. Es paidocentrista. El niño es el eje de la acción educativa. El juego, en efecto, es el medio más importante para educar.
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