La práctica del deporte tiene ventajas tanto en el nivel físico como en el social. Además de que contribuye a evitar el sendentarismo, un factor de riesgo mayor para la salud del niño, el deporte lo ayudará a mejorar sus habilidades sociales. Por lo tanto, el deporte es un aspecto fundamental de la salud física y mental de nuestros hijos.
Hoy en día el deporte ha cobrado una gran importancia, ya que las ventajas del mismo no se circunscriben sólo al aspecto físico, sino también involucran a lo psíquico y social.
Es sabido que la obesidad y el sedentarismo están creciendo a niveles alarmantes. De hecho, en Estados Unidos el sesenta por ciento de la población tiene sobrepeso. No hace falta ser un profesional de la salud para conocer los factores de riesgo para enfermedad cardiovascular (hipertensión arterial, tabaquismo, dislipemias). Pero lo que todo el mundo no sabe es que el sedentarismo es considerado ya como el cuarto factor de riesgo mayor. Por esto es que la práctica deportiva debe ser estimulada por los pediatras desde edades muy tempranas. Así como se recomienda comer sin sal, llevar una alimentación balanceada, cuidarse del sol, etc., los médicos que tienen la posibilidad y responsabilidad de educar en salud no deben perder esta ocasión de generar hábitos saludables.
Pero el deporte no solo produce beneficios físicos, sino que también les permite a los chicos aprender a manejar logros y fracasos. A entender el valor de la práctica y la preparación para mejorar el rendimiento. A entender el concepto de justo e injusto, a aceptar la autoridad adulta e interrelacionarse con distintos grupos sociales y económicos, así como la autodisciplina.
Por otro lado también les hace sentir un lugar de pertenencia, el respeto y confraternidad con el grupo. En definitiva, la actividad física es un medio formativo inmerso en el contexto educativo total y un integrador de la personalidad.
La iniciación deportiva va a depender del crecimiento (en tamaño) y el desarrollo (maduración de funciones) que hacen a la madurez del chico. En líneas generales podemos tomar en consideración lo siguiente:
De los 4 a los 7 años el objetivo será desarrollar la actividad motora (habilidades motoras básicas, coordinación, equilibrio y velocidad), el conocimiento del esquema corporal y la multilateralidad.
De 8 a 9 años se podrá comenzar con la actividad pre deportiva, mini deportes. Esto último les permitirá elegir destrezas que estén de acuerdo con sus aptitudes motrices y funcionales.
De los 10 a los 12 años se puede comenzar a desarrollar la habilidad motora específica, incorporando técnicas y gestos propios de cada deporte.
De los 13 a los 15 ya se puede comenzar el deporte con sus reglas y sesiones de entrenamiento respetando los momentos evolutivos propios de cada chico en particular.
A partir de los 16 ya se puede iniciar la práctica deportiva competitiva.
Por último quiero referirme brevemente a la matro natación, porque es una pregunta muy frecuente que recibimos los pediatras en el consultorio. Es un muy buen estímulo madurativo y algo muy placentero para compartir entre padres e hijos. Pero los chicos no aprenden a nadar y por ende no protege de posibles accidentes.
En conclusión el deporte es una necesidad para nuestros hijos, para lo cual hay que respetar los tiempos madurativos de cada uno de ellos y ayudar a cumplir con las etapas del crecimiento. Disfrutando en todo momento de lo que hacen sin traumas por imposiciones impropias para su edad.
FUENTE-http://www.tvcrecer.com
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