creatividad en los niños. Además, crea vínculos entre padres e hijos según los ritmos y sonidos que se generan en el ambiente. El gusto entre padres e hijos mientras comparten momentos musicales refuerza sus lazos. Ese lazo le servirá para las relaciones que el niño mantendrá durante toda su vida.
Podemos encontrar música en todas partes: en el sonido del viento, en un zapateo, en la lluvia. Toda la música está allí y usted y su bebé pueden disfrutar de ella.
Lograr el vínculo con el bebé de forma musical se da naturalmente. Cuando los padres hablan a sus bebés,
adaptan la voz para hacerla más musical. Al responder el bebé forma una especie de dúo, afianzando la
confianza entre ambas partes.
La música juega un papel muy importante en el establecimiento de rutinas. Cantarle la misma canción todas las noches a la hora de irse a dormir se convierte en parte de la transición entre estar despierto y dormir.
Cuando los niños se inventan palabras para adaptarlas a música conocida desarrollan su creatividad y gusto por el lenguaje y sonidos musicales. Mientras se expresan, los niños pueden desahogar su enojo, demostrar alegría y otros estados de ánimos. También los padres, al compartir la música con sus hijos, les ayudan a tranquilizarse. De esta manera tienen la oportunidad de conectarse con sus sentimientos. Comparten momentos de felicidad y alegría.
Sibyl Jacobson, presidente de La Fundación Metlife, (2002) escribe en una carta a los padres de familia: “Las artes, incluyendo la música, juegan un papel importante en el mejoramiento de la calidad de vida para personas de todas las edades y antecedentes”.
Recientes investigaciones muestran que la música también contribuye al desarrollo saludable de los niños
pequeños. La música crea un ambiente rico que fomenta la autoestima y promueve el desarrollo social,
emocional e intelectual.
Los niños pequeños son expuestos primero a la música a través de su relación con usted. Por medio de
actividades como cantar, escuchar, bailar y jugar, usted le ayuda a su hijo a crecer de maneras importantes“.
(National Center For Infants, Toddlers and families).
Al incluir la música como parte de su educación, los niños disfrutarán momentos de alegría en los que tienen la oportunidad de exteriorizar la comunicación, movimiento, socialización y creatividad, además les brinda la
oportunidad de promover el aprendizaje, estimulando su desarrollo y fortaleciendo su aptitudes para establecer relaciones fuertes y sanas con otras personas.
La música se encuentra alrededor nuestro. Esos sonidos cotidianos que escuchamos a diario en cualquier parte son música, tienen ritmos que se convierten en melodías. Podemos ayudar a nuestros hijos a desarrollar su habilidad de escuchar y su creatividad para que descubran esos sonidos musicales que nos rodean.
Lo especial de la música es que nos permite aprender sobre el mundo que nos rodea. Gracias a ella se obtiene:
• Palabras, bases para construir el lenguaje y la capacidad de leer y escribir.
• La repetición, reforzando el aprendizaje.
• Los patrones para ayudar a anticipar lo que sigue.
• Un compás rítmico que ayuda a tener una mejor coordinación.
• Melodías que llaman la atención y nuestro agrado.
La música colabora con las habilidades para el desarrollo. Con la música se puede:
• Generar coordinación permitiendo a los niños seguir un compás y usar sus mentes, voces y cuerpos en conjunto.
• Ayudar a los niños mayores a compartir, hacer amigos, y sentirse cómodos en grupo.
• Fomentar el desarrollo del lenguaje por medio de historias, rimas y ritmos.
• Despertar la creatividad permitiendo a los niños llenar los vacíos de las palabras, descubrir sonidos o
inventar canciones.
• Construir relaciones, comunicar sentimientos, dar comodidad y consuelo.
• Desarrollar la motricidad fina y gruesa a través de juegos con los dedos, el baile o la interpretación de
instrumentos.
• Desarrollar la individualidad permitiendo a los niños descubrir sus propios sonidos y estilos de música.
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